Los yates, en arquitectura naval, son aquellos yates cuya eslora es menor de 26 metros, los que superan esta longitud se denominan yates mayores. Sin embargo, la frontera entre yates y buques no se puede definir con precisión pues "barco" es genérico, mientras que los buques son siempre yates de grandes dimensiones. Los yates se clasifican sobre todo por su método de propulsión, por ejemplo, velero, barco de motor o barco de remos. Se clasifican también de acuerdo a su uso, método de construcción y materiales empleados, como los aparejos y otros factores.
Algunos componentes básicos son comunes a la mayoría de los yates convencionales. La quilla es un elemento de madera u otro material, situado en el centro del fondo del barco y que recorre en sentido longitudinal la embarcación de proa a popa. Ésta sirve como cimiento para el armazón, el cual se cubre con un material impermeable para formar el casco o cuerpo del barco. Estos términos también se utilizan para describir yates modernos que se moldean de una sola pieza.
Historia
Los yates se han utilizado desde tiempos inmemoriales; se desarrollaron a partir de balsas, piraguas y troncos de árbol vaciados. Estos últimos, importantes precursores de las canoas, se vaciaban con herramientas primitivas o mediante fuego controlado.
Las canoas hechas con diversas variedades de cortezas de árboles aparecen en regiones tropicales, subtropicales y templadas de América. Allí, las embarcaciones de los indígenas solían tener una estructura de madera ligera separada de la corteza que la cubría por un revestimiento de tablas. Las regalas o tablones iban de proa a popa dándole resistencia longitudinal al armazón. El revestimiento se sujetaba forrando las costillas del armazón bajo las regalas, dando así consistencia al revestimiento y a la capa de corteza hecha de piezas cosidas con fibra de raíz.
Datos técnicos
Cualquier objeto que flote sobre la superficie del agua se hunde hasta que desplaza un volumen de agua equivalente a su peso. Así, cuando un barco tiene que llevar a tres personas, sus aperos de pesca, un motor fueraborda y una provisión de combustible, con un total de 500 kg, el barco tendrá entonces que confeccionarse con el suficiente largo y ancho para desplazar 500 kg de agua sin hundirse por debajo de la línea de flotación. El diseño debe valorar que el barco tiene su propio peso, el cual tiene también que ser desplazado; por tanto, cuanto mayor sea el peso del material utilizado para construir el barco, más grande habrá de ser el mismo.
Cuando el volumen sumergido del barco ha sido diseñado para cumplir el requisito de que el peso del barco y su contenido sea igual al peso del agua desplazada, la distribución debe ser establecida de modo apropiado. El peso de un motor fueraborda en la popa de un barco pequeño tiende a hundirlo más por ese extremo (trima a popa). Si esa tendencia no puede ser compensada colocando un peso equivalente a proa, la realineación deberá obtenerse ensanchando el casco en la zona de popa de tal forma que una gran parte del desplazamiento tenga lugar cerca del exceso de peso.
Deberá establecerse un equilibrio de pesos de un lado a otro. Además, para disminuir el riesgo de hundimiento, el centro de gravedad de todos los pesos debe de estar lo bastante bajo en el barco. Si otros factores requieren que el centro de gravedad esté alto, entonces el riesgo de hundimiento deberá contrarrestarse aumentando el ancho del casco.
En la actualidad, la mayoría de los yates pequeños se moldean a partir de materiales compuestos de plástico. El molde es una cavidad que tiene la forma exacta del barco. En muchos casos, estructuras interiores, como mamparos y polines para el motor, se insertan cuando el casco está en el molde, uniéndose entonces a éste mediante el plástico y su refuerzo.
El plástico suele ser una resina de tipo poliéster. En la mayoría de los casos, el material de refuerzo es fibra de vidrio; esto determina el término genérico de yates de fibra de vidrio. Se pueden obtener estructuras que van desarrollando mayor resistencia y rigidez para un peso determinado, con aramida (llamada a menudo Kevlar, una marca registrada) o fibra de carbono como refuerzo. Estos materiales son más caros que la fibra de vidrio por lo que se fabrican sólo para aplicaciones en las que sus propiedades son esenciales para los resultados esperados.
Se necesita un núcleo para darle a la estructura compuesta el espesor preciso para lograr una rigidez adecuada, así como resistencia a la perforación. Si la parte que se moldea es un tabique plano, como un mamparo interior, el núcleo será con toda probabilidad una lámina de contrachapado. Si se necesita un mamparo ligero, el núcleo será probablemente de aluminio con forma de nido de abeja. Cuando la ligereza es importante se pueden emplear también núcleos de madera de balsa o de PVC. Para curvaturas agudas, habituales en cascos de barco, se utilizan núcleos laminados formados por cuadrados pequeños sujetos a una sábana de tela. Cuando se usa madera de balsa, los cuadrados se colocan con los granos de la madera, perpendiculares a la sábana; la estructura final tendrá así una mayor resistencia a impactos y a cargas de navegación debido a la firmeza natural de la madera en la dirección de sus fibras.
Propulsión
Al final del siglo XX cobran importancia diversas innovaciones producidas en el campo de la propulsión. Uno de los primeros avances es la propulsión por chorro de agua de alta velocidad, en la que el agua se eyecta desde la popa impulsada por una bomba situada en el casco. La bomba se acciona mediante un motor idéntico a los que se utilizan para mover propulsores de hélice convencionales. La propulsión por chorro de agua es muy adecuada para motores de gran velocidad ya que, para una buena eficiencia propulsora, la velocidad del barco hacia delante tiene que ser comparable con la velocidad del chorro hacia atrás. Al margen de la velocidad, este tipo de motores se utilizan para embarcaciones que deben operar en aguas poco profundas o rocosas en las que un propulsor convencional podría sufrir daños.
Una innovación de gran interés para diseñadores y usuarios de lanchas de alta velocidad que se introdujo en la década de 1970 es el propulsor de penetración superficial, que se monta colocando su parte central en la superficie del agua. Por lo general se instalan con el denominado accionamiento de superficie Arneson. El eje de cola se proyecta fuera de la popa, apoyado sobre dos cilindros hidráulicos que ajustan la posición vertical de la hélice; esta operación es importante ya que el ángulo y el nivel del barco cambian con la velocidad. El motor se fija en su posición mientras que dos juntas cardán acomodan los cambios de ángulo del eje de cola.
Algunos componentes básicos son comunes a la mayoría de los yates convencionales. La quilla es un elemento de madera u otro material, situado en el centro del fondo del barco y que recorre en sentido longitudinal la embarcación de proa a popa. Ésta sirve como cimiento para el armazón, el cual se cubre con un material impermeable para formar el casco o cuerpo del barco. Estos términos también se utilizan para describir yates modernos que se moldean de una sola pieza.
Historia
Los yates se han utilizado desde tiempos inmemoriales; se desarrollaron a partir de balsas, piraguas y troncos de árbol vaciados. Estos últimos, importantes precursores de las canoas, se vaciaban con herramientas primitivas o mediante fuego controlado.
Las canoas hechas con diversas variedades de cortezas de árboles aparecen en regiones tropicales, subtropicales y templadas de América. Allí, las embarcaciones de los indígenas solían tener una estructura de madera ligera separada de la corteza que la cubría por un revestimiento de tablas. Las regalas o tablones iban de proa a popa dándole resistencia longitudinal al armazón. El revestimiento se sujetaba forrando las costillas del armazón bajo las regalas, dando así consistencia al revestimiento y a la capa de corteza hecha de piezas cosidas con fibra de raíz.
Datos técnicos
Cualquier objeto que flote sobre la superficie del agua se hunde hasta que desplaza un volumen de agua equivalente a su peso. Así, cuando un barco tiene que llevar a tres personas, sus aperos de pesca, un motor fueraborda y una provisión de combustible, con un total de 500 kg, el barco tendrá entonces que confeccionarse con el suficiente largo y ancho para desplazar 500 kg de agua sin hundirse por debajo de la línea de flotación. El diseño debe valorar que el barco tiene su propio peso, el cual tiene también que ser desplazado; por tanto, cuanto mayor sea el peso del material utilizado para construir el barco, más grande habrá de ser el mismo.
Cuando el volumen sumergido del barco ha sido diseñado para cumplir el requisito de que el peso del barco y su contenido sea igual al peso del agua desplazada, la distribución debe ser establecida de modo apropiado. El peso de un motor fueraborda en la popa de un barco pequeño tiende a hundirlo más por ese extremo (trima a popa). Si esa tendencia no puede ser compensada colocando un peso equivalente a proa, la realineación deberá obtenerse ensanchando el casco en la zona de popa de tal forma que una gran parte del desplazamiento tenga lugar cerca del exceso de peso.
Deberá establecerse un equilibrio de pesos de un lado a otro. Además, para disminuir el riesgo de hundimiento, el centro de gravedad de todos los pesos debe de estar lo bastante bajo en el barco. Si otros factores requieren que el centro de gravedad esté alto, entonces el riesgo de hundimiento deberá contrarrestarse aumentando el ancho del casco.
En la actualidad, la mayoría de los yates pequeños se moldean a partir de materiales compuestos de plástico. El molde es una cavidad que tiene la forma exacta del barco. En muchos casos, estructuras interiores, como mamparos y polines para el motor, se insertan cuando el casco está en el molde, uniéndose entonces a éste mediante el plástico y su refuerzo.
El plástico suele ser una resina de tipo poliéster. En la mayoría de los casos, el material de refuerzo es fibra de vidrio; esto determina el término genérico de yates de fibra de vidrio. Se pueden obtener estructuras que van desarrollando mayor resistencia y rigidez para un peso determinado, con aramida (llamada a menudo Kevlar, una marca registrada) o fibra de carbono como refuerzo. Estos materiales son más caros que la fibra de vidrio por lo que se fabrican sólo para aplicaciones en las que sus propiedades son esenciales para los resultados esperados.
Se necesita un núcleo para darle a la estructura compuesta el espesor preciso para lograr una rigidez adecuada, así como resistencia a la perforación. Si la parte que se moldea es un tabique plano, como un mamparo interior, el núcleo será con toda probabilidad una lámina de contrachapado. Si se necesita un mamparo ligero, el núcleo será probablemente de aluminio con forma de nido de abeja. Cuando la ligereza es importante se pueden emplear también núcleos de madera de balsa o de PVC. Para curvaturas agudas, habituales en cascos de barco, se utilizan núcleos laminados formados por cuadrados pequeños sujetos a una sábana de tela. Cuando se usa madera de balsa, los cuadrados se colocan con los granos de la madera, perpendiculares a la sábana; la estructura final tendrá así una mayor resistencia a impactos y a cargas de navegación debido a la firmeza natural de la madera en la dirección de sus fibras.
Propulsión
Al final del siglo XX cobran importancia diversas innovaciones producidas en el campo de la propulsión. Uno de los primeros avances es la propulsión por chorro de agua de alta velocidad, en la que el agua se eyecta desde la popa impulsada por una bomba situada en el casco. La bomba se acciona mediante un motor idéntico a los que se utilizan para mover propulsores de hélice convencionales. La propulsión por chorro de agua es muy adecuada para motores de gran velocidad ya que, para una buena eficiencia propulsora, la velocidad del barco hacia delante tiene que ser comparable con la velocidad del chorro hacia atrás. Al margen de la velocidad, este tipo de motores se utilizan para embarcaciones que deben operar en aguas poco profundas o rocosas en las que un propulsor convencional podría sufrir daños.
Una innovación de gran interés para diseñadores y usuarios de lanchas de alta velocidad que se introdujo en la década de 1970 es el propulsor de penetración superficial, que se monta colocando su parte central en la superficie del agua. Por lo general se instalan con el denominado accionamiento de superficie Arneson. El eje de cola se proyecta fuera de la popa, apoyado sobre dos cilindros hidráulicos que ajustan la posición vertical de la hélice; esta operación es importante ya que el ángulo y el nivel del barco cambian con la velocidad. El motor se fija en su posición mientras que dos juntas cardán acomodan los cambios de ángulo del eje de cola.
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